El alcaraván es otra de las especies que tenía mucha ilusión en poder observar en Lanzarote ya que todavía no había tenido la ocasión de verlo en la península, y la verdad es que se hizo bastante de rogar, ya que si permanece inmóvil que es una de sus costumbres favoritas, es un ave que pasa totalmente desapercibida en su entorno natural debido a su plumaje críptico.
En el caso del ejemplar que os presento lo descubrí alimentándose en un herbazal y opte por ir aproximándome lentamente hacia él y a cada par de metros que ganaba sin que él se alejase, disparaba unas cuantas fotos. Tuve la suerte de que confiando en su mimetismo, en vez de salir volando, optase por acurrucarse en el suelo en un par de ocasiones y permanecer quieto, lo que me permitió conseguir acercarme a una distancia bastante próxima. Después, al sentirme ya demasiado cerca, realizó un corto vuelo hacia un cercado de piedras, donde volvió a acomodarse y me permitió un segundo acercamiento y nuevas tandas de fotografías.
A continuación os muestro las fotos que le pude ir haciendo en mis tentativas de aproximación. La verdad es que cuando te observa fijamente con esos enormes ojos, te sientes como hipnotizado por este ave tan singular.
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