1 mar 2019

corredor sahariano

Acabo de regresar de un viaje a Lanzarote y durante mi estancia en esta preciosa isla he tenido la oportunidad de alternar jornadas de clásico turismo cultural , gastronómico y de ocio, con otras en las que he intentado descubrir y fotografiar aquellas especies de aves más típicas de las islas y cuya presencia en la península es más escasa o incluso inexistente.

Comentar que la especie que más ilusión me hizo poder observar en su ambiente natural fue el corredor sahariano. Había observado ya a la avutarda hubara, también al alcaraván y al camachuelo trompetero, pero el corredor sahariano se me estaba resistiendo sobremanera, al punto que casi lo había dado ya por perdido. Pero quiso la fortuna, que ya de regreso por una de las pistas agrícolas que frecuentaba hacia la carretera principal, Lydia me avisara de que había visto un ave muy próxima a la pista por donde circulabamos en el coche.

Reconocí el terreno y para sorpresa nuestra, allí se encontraba una familia formada por la pareja de adultos y dos pollitos, que a juzgar por las dificultades que tenían para desplazarse no haría muchas horas que acababan de salir del huevo. Debido a su gran mimetismo con el terreno y con la arena del suelo, descubrir a los pollos hubiera sido una misión prácticamente imposible, a no ser por las cebas que periódicamente los adultos proporcionaban a los pollos, o en otras ocasiones a que los pollos iban a refugiarse bajo el pecho de su madre, que adoptaba la postura como de estar incubando sobre ellos.

Realmente disfruté muchísimo de este inesperado encuentro y además de haberlo podido hacer a tan corta distancia.

Todas las fotografías de aves que os muestro están sacadas con el objetivo 100-400 y el cuerpo full frame, casi siempre con el zoom a 400mm y con el extender 1,4X, con lo que la máxima apertura que esta combinación me permitía era de f8. Así es que en bastantes ocasiones había que tirar de ISOS altos para tener luz suficiente.

Tampoco he usado hides o camuflajes en ninguna ocasión, por lo que el coche ha sido lo que he utilizado como aguardo para algunas de las fotografías, principalmente con las hubaras y con el corredor sahariano




























avutarda hubara

La avutarda hubara es una de las aves esteparias icónicas del archipiélago canario y por supuesto una de las especies que llevaba anotadas como uno de los principales objetivos a fotografiar.

Esta especie se puede encontrar de manera relativamente fácil en la zona del Jable ,que es un área semidesertica donde también se puede observar al corredor sahariano, al alcaraván y a las terreras marismeñas.

En mi caso, la hubara la pude observar en diferentes zonas de la isla y en algunos lugares, su presencia se produjo no solo con ejemplares solitarios sino también en pequeños grupos de 2 a 4 ejemplares. En una ocasión tuve la oportunidad de observar una de ellas con las plumas del cuello erizadas como se puede apreciar en las fotografías mostradas a continuación.

Es una ave poco confiada por lo que no admite un gran acercamiento, antes de que opte por alejarse con un paso rápido cuando se siente amenazada. Contamos con la ventaja de que es un ave de relativo gran tamaño, lo que ayuda a poder obtener fotos decentes aun a una larga distancia.

















alcaraván común

El alcaraván es otra de las especies que tenía mucha ilusión en poder observar en Lanzarote ya que todavía no había tenido la ocasión de verlo en la península, y la verdad es que se hizo bastante de rogar, ya que si permanece inmóvil que es una de sus costumbres favoritas, es un ave que pasa totalmente desapercibida en su entorno natural debido a su plumaje críptico.

En el caso del ejemplar que os presento lo descubrí alimentándose en un herbazal y opte por ir aproximándome lentamente hacia él y a cada par de metros que ganaba sin que él se alejase, disparaba unas cuantas fotos. Tuve la suerte de que confiando en su mimetismo, en vez de salir volando, optase por acurrucarse en el suelo en un par de ocasiones y permanecer quieto, lo que me permitió conseguir acercarme a una distancia bastante próxima. Después, al sentirme ya demasiado cerca, realizó un corto vuelo hacia un cercado de piedras, donde volvió a acomodarse y me permitió un segundo acercamiento y nuevas tandas de fotografías.

A continuación os muestro las fotos que le pude ir haciendo en mis tentativas de aproximación. La verdad es que cuando te observa fijamente con esos enormes ojos, te sientes como hipnotizado por este ave tan singular.