Paseando entre observatorio y observatorio en el parque ornitológico de Teich escuchamos el potente tamborilero que producía este pico menor. Nos costó localizarlo, pero como el sonido era muy cercano, y el tamborileo por la sonoridad que tenía debía de estar produciéndose en un tronco seco o hueco, comenzamos a buscar un tronco entre los pinos de esas características y fue entonces cuando lo descubrimos.
Lydia y Carmen no salían de su asombro por el ruido tan potente que lograba producir el carpintero y se preguntaban cómo podía aguantar semejantes golpes el pájaro sin dañarse el pico y el cuello.
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