Este verano hemos vuelto al entorno del santuario de la bien aparecida con la intención de intentar localizar a la familia de pitos reales que avistamos el año pasado. Aunque los adultos no estuvieron tan colaboradores como el año anterior, tuvimos la fortuna de localizarlos y poderles sacar alguna foto.
La sorpresa fue comprobar como los dos jóvenes pitos reales que han sacado adelante esta temporada, tenían seriamente afectadas las patas por una enfermedad epidérmica, posiblemente causada por los parásitos que se generan en sus nidos al no evacuar totalmente sus excrementos del nido. En las dos últimas imágenes de la serie se puede apreciar este detalle.
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