Regresando todavía emocionados por el lance que habíamos presenciado entre la calzada y las urracas y estando ya próximos al coche que teníamos aparcado junto al restaurante torre Barri, vimos volar un gran pájaro que se posó en un árbol cercano a donde teníamos el coche.
Me acerqué sigilosamente cubriéndome tras el coche y desde allí logré ver y fotografiar a este bello arrendajo, especie a la que todavía no había conseguido fotografiar hasta ahora.
Salud y que se repitan estos encuentros...
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