Mi última visita al humedal de Salburua, me deparó un par de sorpresas muy agradables. Aunque no era la primera vez que observaba en este lugar a la hermosa águila calzada, en esta ocasión resulto algo totalmente inesperado.
Nos encontrábamos en el interior de uno de los observatorios, pendientes de las evoluciones de la garza imperial, que desde primera hora de la mañana se encontraba apostada en un recodo de una de las isletas que actualmente forman parte del humedal, debidas al incremento del nivel del agua como consecuencia de las fuertes lluvias caídas en los últimos días, cuando nos llegó la noticia de que en uno de los árboles próximos al observatorio donde nos encontrábamos, un ejemplar de águila calzada permanecía posada con un pollo de ave entre sus garras.
Protegidos por los setos de caña que protegen los últimos metros de acceso al observatorio, nos acercamos sin ser detectados por el águila hasta una posición mas cercana y desde allí tuve la ocasión de realizar las fotos que os muestro seguidamente. El ave en cuestión que el águila había capturado parecía un pollo de gallineta.
Águila calzada
Garza imperial
Este ejemplar de garza imperial permaneció durante buena parte de la mañana prácticamente inmóvil en el mismo lugar, esperando la oportunidad de que algún pez despistado pasara cerca de su zona de pesca. Lamentablemente durante nuestra estancia no tuvo lugar ningún lance de pesca, que sin duda nos hubiera hecho muy felices a los fotógrafos que nos encontrábamos pendientes de sus evoluciones.