A pesar de que el pronóstico del tiempo era de temperaturas bastante bajas, ayer decidí pasar la mañana en el humedal de Salburua. Tal y como estaba anunciado, al sol le costo mucho tiempo abrirse camino entre la densa niebla, así es que hubo que abrigarse bastante para aguantar el tipo desde el observatorio.
Destacaré la observación de un bello ejemplar de tarro canelo que deambulaba solitario, a su aire entre los abundantes azulones, frisos, porrones europeos, cucharas, ánsares, zampullines, lavancos y las bulliciosas fochas