4 nov 2019

pájaro moscón europeo

La mañana estaba resultando bastante anodina y predecible en cuanto a la presencia de nuevas especies en el humedal de Salburua. A pesar de que poco a poco el nivel de las láminas de agua en sus charcas va subiendo de nivel como consecuencia de las últimas lluvias acaecidas. La presencia de limícolas en paso es todavía testimonial.

Como nota más destacable habría que mencionar a un grupo bastante numeroso de ánsares comunes que han hecho un receso para alimentarse y descansar en su paso hacia sus lugares de invernada en el sur.

Pero el mencionado estado de ánimo de resignación por no augurar la mañana novedades interesantes, en un instante se torno en excitación y máxima expectación. Observé que un pajarillo al que no pude identificar en un principio, descendió y se posó tras los tallos de unas espadañas situados en una isleta frente al observatorio en el que me encontraba, dicha isleta estaba localizada como a unos 25 mts. del mismo.

No perdí de vista la zona donde el ave había descendido con la esperanza de que tarde o temprano pudiera salir a la superficie en la maraña de tallos existente. Y efectivamente, la espera y la excitación suscitada estaba justificada. Asistí a mi primera observación de un joven pájaro-moscón, ave a la que desde hace tiempo trataba de localizar escudriñando los parajes palustres, de los humedales a los que voy.

El joven moscón no estaría mas de uno o dos minutos el el lugar que menciono, pero fue mas que suficiente para dejar en mi una sensación de plena euforia y satisfacción; y es que los momentos que nos proporciona la observación de la naturaleza en sus diferentes versiones, nunca dejará de sorprenderme positivanmente.
















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