La garza real que durante mas de una hora había permanecido inmóvil en la parte central de la balsa como si fuera una estatua, repentinamente desplegó las alas y lanzó un violento arponazo ensartando un pez de notable tamaño.
Inmediatamente la garza se encaminó hacia la orilla teniendo cuidado de que su preciada captura no se le cayera en el camino y una vez en ella y tras dejarla en el suelo, la arponeó varias veces hasta dejarla inmóvil lo que facilitó el posicionamiento del pez para ser engullido.
las siguientes imágenes muestran la secuencia de los acontecimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario