En varias ocasiones en las que había estado en los observatorios de Salburua, una de las preguntas más usuales entre los fotógrafos que allí nos encontramos era si se había visto pasar a la cerceta carretona. Yo personalmente nunca había tenido ocasión de verla y esta se había convertido en el premio gordo que podía tocarte si tenias mucha suerte.
Este domingo a pesar del calorazo que hacía, decidí subir a probar suerte después de comer. la verdad es que hubo muy poco movimiento de aves entre las 3:30 y las 8 de la tarde. El intenso calor que hacía parece que las desanimaba a cualquier tipo de esfuerzo superfluo. Lo típico, algunas fochas refrescándose, gallinetas, porrones comunes, los siempre activos somormujos lavancos y los ánades reales.
Los pájaros prácticamente estuvieron desaparecidos en combate. Sin embargo a eso de las 8 de la tarde cuando ya había decidido regresar a casa, comencé a ver como distintos grupillos de anátidas comenzaron a verse por las charcas yendo a sus dormideros para pasar la noche. Fue en ese trasiego de patos cuando observé la llegada de una especie que no me resultaba familiar. Miré a través del objetivo de la cámara y bingo¡¡¡ la carretona estaba allí. Al final la larga espera y el calor soportado merecieron la pena
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