Es este un pajarito que me encanta, su cresta le confiere una expresividad fuera de lo común.
Todavía no he conseguido una foto de él con la que esté del todo satisfecho, pero estas que he conseguido sacar hoy se acercan algo a lo que ando buscando.
Al no disponer de posaderos fijos previamente localizados, no puedo montar la máquina con el trípode y esperar al acecho, por lo que tengo que optar por ocultarme un poco cuando los descubro y disparar a pulso con el 500, lo que me da pocas opciones de éxito.
Ya me gustaría a mí, Julio.
ResponderEliminar