No lejos de donde estaba asentada la colonia de Ibis eremita cerca de Vejer de la Frontera, encontramos unos árboles a orillas del río donde anidaban y servían de dormidero a un buen número de garcillas bueyeras.
Es este un ave que se deja querer por la cámara, adopta unas posturas que hacen resaltar su belleza de forma excepcional. Cuando eriza las plumas de su cabeza y pecho adquiere un aspecto majestuoso que no te deja indiferente.
Las fotos corresponden a algunas de las garcillas que os comento encaramadas sobre sus posaderos en los árboles
El pico es precioso.
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