Animado por el buen tiempo reinante y ante la posibilidad de que algún grupo de grullas, en su viaje migratorio pudiera hacer un alto en el camino en el humedal, como ya hiciera ayer un pequeño grupo de ellas, me he desplazado a Salburua y me he dirigido al observatorio de las Zumas como acostumbro.
También como acostumbramos, lo primero que he hecho al llegar al observatorio ha sido preguntar si se había observado algo interesante, a lo que Imanol, un joven fotógrafo con el que ya había coincidido alguna vez en el humedal, me ha comentado que hacía poco mas de media hora había observado una pareja de bigotudos en el carrizal. Ante esta información me he apostado en una de las ventanas del observatorio y me he armado de paciencia, con la esperanza de verlos aparecer a lo largo de la mañana.
La verdad es que se han hecho de rogar, ya que allí me han tenido oteando el carrizal en torno a cuatro horas, pero finalmente la larga espera ha dado sus frutos y han tenido a bien dejarse ver en la zona en la que los carrizos emergen de la charca. No han tomado posaderos de las zonas altas y despejadas del carrizo para picotear las espadañas como suelen hacer, y se han mantenido en todo momento en la parte baja del carrizo que contactaba con el agua.
El macho se ha dejado ver en mejores condiciones que la hembra y lo cierto es que aunque el encuentro ha sido breve, me siento satisfecho de la observación, ya que era la tercera vez que intentaba observarlos durante este mes, sin haber tenido éxito hasta hoy.
Bigotudo
Zampullín chico
Petirrojo