Aunque el día estaba completamente nublado y amenazaba lluvia inminente, he decidido dar un pequeño paseo por los alrededores del barrio, sobre todo para controlar si algún pajarito come del comedero que acabo de restaurar. He visto que el nivel de comida ha descendido mucho, por lo que estoy seguro que algunos pájaros ya están comiendo de él. Por el momento yo no los he visto todavía.
A los diez minutos de salir de casa ha comenzado a llover de manera copiosa, por lo que me he visto obligado a regresar. Cuando bajaba camino de casa he visto como dos pájaros se han posado en un árbol a unos 25 metros de donde yo estaba, al fijar la vista en ellos, he reconocido los colores negro y salmón inconfundibles del camachuelo.
A partir de ahí he tratado de acercarme lo que he podido pero la lluvia y las muy malas condiciones de luz, no me han permitido hacer honor en las fotografías que he conseguido hacerles a estos bellezones.
En cualquier caso a pesar de que la cámara me chorreaba agua y las gafas también, me he venido para casa más contento que unas castañuelas, no en vano a pesar de haberlos visto en otra ocasión, esta ha sido la primera vez que les he podido sacar alguna foto donde salgan reconocibles